Herpes: síntomas y factores que lo activan
El herpes es una de las infecciones virales más comunes a nivel mundial. Afecta a millones de personas, y aunque no siempre se manifiesta con síntomas evidentes, puede tener un impacto importante en la calidad de vida de quienes lo padecen.
Se trata de una infección causada por el virus del herpes simple (VHS). Existen dos tipos principales:
- Herpes simple tipo 1 (VHS-1): suele causar herpes oral (ampollas o llagas en la boca, labios y rostro).
- Herpes simple tipo 2 (VHS-2): generalmente se asocia con el herpes genital.
Ambos tipos pueden transmitirse por contacto directo con una persona infectada, incluso si no hay lesiones visibles. Una vez que el virus entra en el cuerpo, permanece allí de forma latente y puede reactivarse en momentos de bajada de defensas, estrés o cambios hormonales.
Síntomas comunes y factores que lo activan
Los síntomas del herpes pueden variar en función del tipo de virus y de la fase en la que se encuentre la infección. Durante la fase inicial, es común experimentar fiebre, dolor de cabeza, malestar general y la aparición de ampollas dolorosas en la piel o las mucosas, especialmente en la zona oral o genital, dependiendo del tipo de herpes. También puede presentarse inflamación de los ganglios linfáticos, lo que indica que el cuerpo está respondiendo a la infección.
Posteriormente, el virus puede quedar latente en el organismo y reactivarse en momentos de debilidad del sistema inmunológico. Estas reactivaciones suelen ser más leves que la infección inicial y se manifiestan con síntomas como hormigueo o picor en la zona afectada, seguido de pequeñas ampollas que se rompen y forman costras. En algunos casos, puede haber dolor localizado incluso sin que aparezcan lesiones visibles. Estas recurrencias pueden repetirse con el tiempo, especialmente en personas con defensas bajas o que atraviesan situaciones de estrés, cambios hormonales o enfermedades intercurrentes.
El virus del herpes puede permanecer inactivo en el organismo durante semanas, meses o incluso años, sin manifestar síntomas. Sin embargo, existen diversos factores que pueden desencadenar su reactivación. Entre los más comunes se encuentran el estrés físico o emocional, un sistema inmunológico debilitado, los cambios hormonales (como los que se producen durante el ciclo menstrual), la exposición prolongada al sol y la presencia de otras infecciones o enfermedades. Estas condiciones alteran el equilibrio del organismo, facilitando que el virus latente vuelva a activarse y provoque un nuevo brote.
No podemos olvidar el papel del estrés como desencadenante. Gestionarlo de forma efectiva es esencial para reducir las posibilidades de reactivación del virus. Técnicas como la respiración consciente, el yoga, el taichí o la meditación son herramientas valiosas para mantener un estado emocional equilibrado. Dormir bien y mantener una rutina de vida saludable y ordenada también influye directamente en la capacidad del organismo para mantener al virus bajo control.
Aliados para combatirlo
Aunque actualmente no existe una cura definitiva para el herpes, sí hay tratamientos que ayudan a reducir la duración y la intensidad de los episodios, así como a espaciar su aparición. En este sentido, el fortalecimiento del sistema inmunológico resulta clave tanto en la prevención como en la gestión de las reactivaciones.
Una de las estrategias más eficaces consiste en seguir una alimentación rica en lisina, un aminoácido que puede contribuir a disminuir la frecuencia y severidad de los brotes. Alimentos como las lentejas, el queso, los huevos y pescados como el bacalao o el atún son buenas fuentes naturales de lisina. Para un aporte más concentrado y específico, se puede recurrir a complementos alimenticios como L-Lisina, que ofrece una fórmula ideal para quienes buscan apoyar el equilibrio de este aminoácido de forma constante.
El uso de plantas también puede resultar de gran ayuda. La equinácea, por ejemplo, es conocida por su capacidad para estimular las defensas naturales, y puede encontrarse en formatos concentrados como Holoextract Equinácea, que combina extractos vegetales para conseguir una mayor eficacia. Una excelente opción natural que reúne diversas plantas con acción antiviral es Holoextract Zostrin, un preparado fitoterapéutico especialmente formulado para apoyar al organismo frente a virus persistentes como el herpes.
Para una acción más completa y profunda, complementos alimenticios como Retroviu Forte, con un enfoque integral en el apoyo inmunológico, resultan especialmente útiles en situaciones de estrés o infecciones víricas recurrentes.