Droguería, qué vas a encontrar en esta sección y cuál es su origen
En nuestra sección de droguería podrás encontrar todo tipo de productos relacionados con la limpieza del hogar, todos ellos naturales. Si estás interesado en nuestros productos cosméticos y de higiene personal, hemos creado una sección especializada para que te resulte más cómodo encontrar todo lo que buscas.
Además, queremos contarte algunas curiosidades sobre las droguerías y aquí vamos a aprovechar para hablar de ellas.
Droguería es un término que nos resulta muy familiar, aunque comienza a estar en desuso. Ya no se ven tantos pequeños comercios de barrio de aquellos que vendían todo tipo de productos de higiene y limpieza. Desde hace años se ha asociado la palabra "droguería" a este tipo de establecimientos, aunque también la encontramos en los grandes supermercados sobre los lineales de productos de limpieza para el hogar.
¿De dónde viene la palabra Droguería?
El término droguería proviene del término “droog”, que era usado por los comerciantes holandeses a finales del siglo XVI, para referirse a las plantas secas que traían de las colonias asiáticas pertenecientes a Portugal. Este término se extendió al resto de lenguas europeas después de que los franceses lo adoptaran en su vocabulario y terminase evolucionando a “drogue”. A partir de este momento, el término se convertía en algo más genérico que hacía referencia a diferentes productos secos almacenados en toneles o barriles.
¿Cuál es el origen de las droguerías?
En el renacimiento, las plantas secas con propiedades eran tratadas y vendidas en las llamadas boticas. En nuestros días la palabra botica es sinónimo de farmacia, pero en aquel entonces la botica era conocida como apoteca. Este término provenía del griego (apotheke) y venía a significar “depósito o almacén”.
Estos establecimientos eran precisamente eso, una suerte de taller de alquimistas en los que podías encontrar estanterías repletas de recipientes, vasijas y frascos para todo tipo de emplastes, jarabes y mezclas de plantas.
Las apotecas públicas surgen para cubrir una demanda desmesurada de lo que comúnmente se conocía como remedios. Hasta este momento, los “remedios” los suministraban las apotecas monasteriales, pero a partir del siglo XVI no eran capaces de cubrir la creciente demanda, sobre todo en las ciudades. Esto se debe a un brusco crecimiento económico gracias al auge del desarrollo de los oficios y los gremios de artesanos.
Durante algún tiempo, en estos comercios conocidos como apotecas públicas, se mezclaron los preparados medicinales con productos alimenticios y especies asiáticas y americanas. Finalmente, surgió una especialización de la que surgieron: las boticas, que acabarían dando lugar a nuestras farmacias y otro tipo de establecimientos dedicados a ofrecer productos de cosmética, donde se podía encontrar todo tipo de polvos y ungüentos para blanquear la cara, realzar los pómulos o embellecer los ojos. Estos últimos, adoptarían el término francés “drogue” y acabarían siendo conocidos como droguerías.
Con el tiempo la droguería irá ampliando su catálogo e incluyendo productos de limpieza y perfumería hasta llegar a nuestros días.