Los alquilgliceroles (AKGs) tienen el potencial de favorecer la producción y estimulación de los glóbulos blancos de la sangre, elementos importantes del sistema inmune en la lucha contra la enfermedad y la infección. Además de AKGs, el aceite de hígado de tiburón contiene vitaminas A y D, ácidos grasos omega-3, oligoelementos y escualeno, una sustancia grasa con propiedades antibióticas naturales.
Los expertos recomiendan su empleo durante la época de invierno con el fin de fortalecer la resistencia del organismo y luchar con eficiencia contra las infecciones bacterianas, fúngicas o víricas.
Se ha encontrado además, que el aceite de hígado de tiburón puede ser de utilidad como coadyuvante en el tratamiento de varios tipos de cáncer.
Los alquilgliceroles pueden controlar la respuesta inmune posiblemente a través de la modificación del factor activador de plaquetas (PAF) y de la producción del diacilglicerol (DAG). Por otra parte, los alquilgliceroles poseen actividad antitumoral, posiblemente sobre la base de diferentes mecanismos: la inducción de la apoptosis de las células neoplásicas, la supresión de la transducción de señales, la inhibición de la angiogénesis y el fomento del transporte transmembrana de los agentes citotóxicos.
Asimismo, los alquilgliceroles pueden ayudar a paliar el daño producido por la radioterapia
- Indicaciones
- Infecciones en general
- Áreas
- Hombre
Mujer - Sistema
- Sistema Inmunitario
- Plantas / Componentes
- Omega 3
Omega 6
Omega 9