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Es un derivado del ácido graso octanoico, rico en azufre y lisina. Es un antioxidante muy potente, así como un protector hepático y eliminador de tóxicos de primer orden.
Los radicales óxidos o libres son sustancias tóxicas de desecho metabólico que dañan el organismo. Éstas no son eliminadas directamente por el organismo debido a que se encuentran combinadas con oxígeno, elemento indispensable para nuestro cuerpo.
La formación principal de radicales libres se origina por diferentes causas como el estrés, la contaminación del medioambiente, el alcohol, el tabaco, los alimentos procesados y/o los fármacos.
Éstos a su vez son los principales causantes de muchas enfermedades como artritis, tumores, problemas cardiacos y envejecimiento prematuro.
Se trata del ácido R-lipoico, es decir, de la forma biológicamente activa y no de la mezcla racémica de R y S al 50%, menos activa.
Este compuesto actúa como coenzima de muchas reacciones del organismo. Una de ellas es el proceso llamado glucólisis, responsable de la conversión del azúcar sanguíneo en energía. El ácido lipoico mejora la actividad de la mitocondria, encargada de la respiración y de la producción de energía en la célula. Estimula la formación de glutatión y es soluble tanto en agua como en grasa, por lo que puede proteger contra los daños de los radicales libres, tanto fuera como dentro de las células corporales, por lo que se le considera como el antioxidante universal. Además de tener sus propias acciones antioxidantes, es también capaz de regenerar la vitamina C y la vitamina E de sus formas oxidativas.
Además, presenta:
Acción protectora de la función hepática. Gran antioxidante y protector del hígado, usado para intoxicaciones por drogas, hepatitis alcohólica, intoxicaciones originadas por veneno y en pacientes sometidos a radiaciones. Útil en infecciones hepáticas crónicas y mejora la circulación hepática.
Importante en el tratamiento de la neuropatía diabética: uno de sus principales beneficios es que actúa como un efectivo imitador de la insulina sin efectos secundarios (hipoglucemiante).
Agente estimulante de la síntesis proteica de forma natural. Teniendo en cuenta que el músculo es el principal demandante de glucosa sanguínea, el ácido lipoico ayudará al músculo a la absorción de la misma al interior de la célula muscular, incrementando a la vez la síntesis de glucógeno. Al mismo tiempo, disminuye la captación de glucosa por medio de las células del tejido adiposo. El resultado de todo esto es un aumento en la producción de energía y una disminución de la acumulación de grasa en el organismo.
A nivel ocular. En pacientes con cataratas mejora notablemente la agudeza visual, ya que estimula la producción del antioxidante glutatión, y éste a su vez protege nuestros ojos para que no se desarrolle dicha catarata. Hay evidencias de que el ácido lipoico, tomado por vía oral durante un mes, incrementa la función visual en pacientes con glaucoma en estado I y II.
Efecto protector sobre los glóbulos rojos y ácidos grasos del daño oxidativo (típico del ejercicio intenso o de la excesiva exposición a los rayos ultravioletas del sol).
Algunos estudios han demostrado que el tratamiento con ácido lipoico es capaz de reducir el dolor, la sensación de quemazón, irritación, enrojecimiento, debilidad y calambres producidos por la neuropatía periférica.
A nivel del sistema inmunológico: el ácido lipoico (junto a otros antioxidantes como la vitamina C, los bioflavonoides o los ácidos omega-3 y omega-6) es un propulsor natural del interferón, sustancia producida por las células blancas del cuerpo para luchar contra las infecciones, tumores, alergias y envenenamientos químicos. Por ello, el ácido lipoico está considerado como un estimulante del sistema inmune, sobre todo en pacientes inmunodeprimidos. Está comprobada su actividad como antioxidante de amplio espectro y estimulante del sistema inmune. Por tanto, estas dos acciones sí que podrían confirmar la posibilidad de utilización del ácido lipoico para incrementar la energía y mantener un estado de salud general en pacientes con síndrome de fatiga crónica o deportistas con entrenamientos de alta intensidad.
A nivel cerebral: incrementa los niveles de glutatión, protegiéndolo de los radicales libres. Niveles bajos de glutatión en el cerebro se asocian con desórdenes cerebrales como: Parkinson, Alzheimer y demencia, por lo que es útil en enfermedades cerebrovasculares.
A nivel cardiovascular: ayuda a mejorar la salud cardiaca, aumentando la eficiencia del músculo cardiaco y protegiendo las arterias, capilares y venas. Indicado en aterosclerosis.
- Modo de empleo
- Tomar de 1 a 2 cápsulas al día, preferiblemente con las comidas.
- Presentación
- Cápsulas
- Cantidad
- 50 cápsulas de 420 miligramos
- Indicaciones
- Antioxidante
Cataratas
Hígado / Vesícula biliar
Metabolismo - Áreas
- Hombre
Mujer - Sistema
- Sistema Hepático y Biliar
Sistema Hormonal y Endocrino
Ácido R-lipoico (forma biológicamente activa), 200 mg. Excipiente tecnológico: celulosa microcristalina (agente de carga), c.s. y estearato de magnesio (antiaglomerante), c.s. Envoltura: polisacárido de origen vegetal (pululano).