Se entiende de forma convencional que el principal factor que condiciona la salud de la microbiota en el niño es el tipo de parto (cesárea o vaginal). Hoy sabemos que los niños que nacen por cesárea tienen una microbiota con características distintas a los que nacen por parto natural. Según algunos estudios, la incidencia de algunas enfermedades como la obesidad es mayor en el parto por cesárea. Todo esto parece estar condicionado en parte por la microbiota inicial en el momento del parto. La introducción de prebióticos en edad temprana junto con una nutrición adecuada podría cambiar el pronóstico del equilibrio intestinal de la población infantil.
Los probióticos también pueden ejercer una actividad antiinflamatoria e inmunomoduladora como es el caso de la rinitis alérgica (RA) y el asma alérgica, las dos mediadas por una acción inflamatoria debida a la IgE. Un estudio tuvo como objetivo investigar si una mezcla de Bifidobacterias podía aliviar los síntomas nasales y mejorar la calidad de vida (CdV) en niños con RA y asma intermitente por alergia durante la primavera; este estudio se realizó controlado con placebo, doble ciego y aleatorizado; a nivel mundial se inscribieron 40 niños (18 hombres, con una edad media de 9 ± 2.2 años) que fueron tratados con probióticos o placebo durante 4 semanas. Los síntomas de RA y la CdV se evaluaron al inicio y después del tratamiento. El uso de medicamentos de rescate, como un jarabe antihistamínico y el aerosol de salbutamol, también se permitió y se registró. Los niños tratados con mezcla de probióticos lograron una mejoría significativa de los síntomas (p<0.005). El grupo placebo tuvo un empeoramiento de los síntomas (p <0.005) y de la CdV (p <0.001). El análisis intergrupal mostró que la mezcla de probióticos fue significativamente superior al placebo. Ese estudio evidenció que una mezcla de Bifidobacterias puede ser capaz de mejorar significativamente los síntomas de RA y de CdV en niños con RA inducida por polen y asma intermitente.
La leche materna proporciona la mejor protección contra la gastroenteritis infecciosa en los bebés. Se han realizado intentos para adaptar los ingredientes de las fórmulas para lactantes a partir de leche de vaca mediante la adición de probióticos y/o prebióticos con la intención de estimular el desarrollo inmunológico de los niños amamantados. En un estudio realizado en India se alimentaron a los bebés con leche fermentada durante 6 meses, dando como resultado un aumento de peso significativo y una reducción del 50% de la diarrea infecciosa. Utilizaron leche fortificada con B. lactis y galacto-oligosacáridos, lo que resultó una obtención de los niveles más altos de hierro en suero incluso cuando los grupos recibieron dietas isocalóricas con el mismo contenido de hierro; también se observó una disminución del diez por ciento en todos los tipos de diarrea. Este efecto sobre la prevención de la morbilidad se atribuyó a una mejor absorción a través de cambios beneficiosos en la flora intestinal con el efecto adicional de prevenir la morbilidad. Tres estudios importantes proporcionan evidencia de un efecto estadísticamente significativo de ciertas cepas probióticas en la prevención de la diarrea adquirida en la comunidad. Ningún estudio ha sugerido un efecto secundario adverso de una fórmula enriquecida con probióticos en niños sanos.
La cepa Lactobacillus casei THT 030401 presente en Microbiota Infantil fue probada en 14 voluntarios sanos durante la temporada de polen de cedro con la administración oral en forma simbiótica con dextrano (Ogawa et al., 20068). Este simbiótico permitió que no existiera ningún cambio significativo durante la temporada de polen, a diferencia del grupo placebo en donde las puntuaciones totales de síntomas nasales y oculares aumentaron significativamente, así como también lo hicieron la concentración de IgE específicos contra el polen de cedro y otras moléculas inmunes.
La adición del prebiótico FOS (fructo-oligosacáridos) en esta formulación permite dar un soporte nutricional a estas bacterias cuando lleguen al intestino. Es interesante además la adición de la vitamina D3 en esta formulación por el rol que se le reconoce en la concentración de serotonina intestinal y en la modulación que ejerce en los neurotransmisores cerebrales.
- Modo de empleo
- Tomar de 1 a 2 cápsulas al día. Para facilitar la toma, la cápsula se puede abrir y disolver su contenido en un poco de agua.
- Presentación
- Cápsulas
- Cantidad
- 60 cápsulas gastrorresistentes de 770 miligramos
- Indicaciones
- Diarrea
Intolerancia a la lactosa - Áreas
- Niños
- Sistema
- Aparato Digestivo
Sistema Inmunitario - Plantas / Componentes
- Fructoligosacáridos - FOS
Lactobacillus acidophilus
Vitamina D
Actilight® 950P (fructo-oligosacáridos (FOS)), 545 mg; mezcla de probióticos Infantil* (4,0 x 1010 UFC/g), 100 mg, colecalciferol (>100.000 UI de vitamina D3/g), 2 mg. Excipiente tecnológico: estearato de magnesio (antiaglomerante), c.s. Envoltura: agente de recubrimiento (hidroxipropilmetilcelulosa) y gelificante (goma gellan). * Mezcla de probióticos Infantil: maltodextrina de maíz 38-91 %, polvo de microorganismos liofilizados (Bifidobacterium animalis spp lactis LMG 18314 (5,0 x 109 UFC/g), Bifidobacterium infantis LMG 25627 (5,0 x 109 UFC/g), Lactobacillus acidophilus LMG 8151 (5,0 x 109 UFC/g), Lacticaseibacillus casei LMG 6904 (5,0 x 109 UFC/g), Limosilactobacillus fermentum LMG 6902 (5,0 x 109 UFC/g), Limosilactobacillus reuteri LMG 9213 (5,0 x 109 UFC/g), Lacticaseibacillus rhamnosus LMG 25626 (5,0 x 109 UFC/g), Streptococcus thermophilus LMG 26656 (5,0 x 109 UFC/g)) 9-62 %.