Autor: celia rentero

Cuando finaliza el verano y se van acercando los meses fríos se crea la tendencia de guardar las gafas de sol creyendo que ya no son necesarias y es un hábito erróneo que acaba afectando a la salud ocular. Y es que, aunque estos meses el sol no incida con tanta intensidad no significa que debamos dejar de lado la protección de nuestros ojos. 

La entrada del otoño suele acarrear cambios en la rutina y en la alimentación que trae consigo un bajón anímico y una sensación de mayor cansancio que en meses anteriores. Y es que la llegada de los días grises y lluviosos, el descenso de las temperaturas, el cambio horario que nos resta horas de luz y la vuelta a la rutina después del disfrute del verano no suelen ser las causas de estos síntomas. 

Con el cambio de estación, principalmente del verano al otoño, se producen cambios en la rutina diaria y en la alimentación que acaban afectando a nuestro organismo. Es el caso de la caída del cabello, que se incrementa considerablemente en estas fechas. 

Después de unas buenas vacaciones de verano, la vuelta a la rutina se puede hacer cuesta arriba. Es la llegada de una época en la que nos despedimos de la tranquilidad de los meses anteriores para entrar de lleno en un ciclo de responsabilidades que en muchas ocasiones trae consigo falta de energía y apatía. 

En verano, las infecciones del aparato urinario como la cistitis son las más frecuentes debido al aumento de la humedad en zona urogenital a causa del calor y la sudoración. Esto provoca una alteración de la flora vaginal ocasionando a su vez el aumento de las bacterias en esta área.

La palabra antioxidante tiene su origen en la función que, compuestos como minerales, vitaminas y otros elementos químicos, realizan sobre sustancias dañinas como los radicales libres.

Con la llegada del verano es habitual que se generen cambios en nuestros hábitos que de una forma u otra acaban afectando al equilibrio de nuestro organismo y eso acaba teniendo repercusión en el estado de nuestra piel.

La exposición prolongada a la radiación solar, sin protección, es la causante del 80 % del envejecimiento prematuro de la piel con todas las consecuencias que ello conlleva a lo largo del tiempo, como son las manchas y las arrugas.

La alergia primaveral se produce como respuesta del sistema inmunitario a un agente extraño. La principal causa de esta reacción es el polen, ya que es esta época la que las plantas comienzan la polinización y en consecuencia, a producirlo con mayor frecuencia

Astenia primaveral es un término que estamos muy acostumbrados a escuchar cuando comienza esta estación, pero no todos estamos familiarizados con sus síntomas o, simplemente, no sabemos cómo abordarlos.